Para ser un maestro eficaz, es importante ser comprensible, atento y paciente con los estudiantes, inspirar confianza en sus capacidades e inculcar valores positivos. También se debe ser dinámico, activo y motivador para ayudar a los estudiantes a superar obstáculos y lograr sus objetivos, despertando su interés a través de actividades intrigantes, mientras se defiende la escuela.